Como algunos de ustedes ya saben, hace unos días la Conferencia Episcopal de Guatemala organizó un foro (que más bien parecía una inquisición) con los candidatos a la presidencia de Guatemala llamado Por la vida y la educación. En él, se les hizo una serie de preguntas sobre educación sexual, métodos anticonceptivos, aborto, homosexualidad y otros temas controversiales. El resultado fue una patética exhibición de prepotencia de parte de la Iglesia; y de servilismo, ignorancia e hipocresía de parte de los candidatos, que tristemente es una radiografía del estado actual de la sociedad guatemalteca. Digo esto, porque los candidatos fueron a repetir exactamente lo que la Iglesia y la mayoría conservadora quería escuchar: que la homosexualidad es una abominación, que la abstinencia es la única forma aceptada para prevenir el SIDA, que la educación sexual no debe de darse en los colegios y escuelas, que los métodos anticonceptivos no deben de promoverse, que el divorcio es uno de los peores males de la sociedad, que la fertilización in vitro es un pecado y que todas las justificaciones pueden encontrarse en la “tradición judeocristiana”, la única y verdadera. Como indicó Gustavo Berganza en su columna de elPeriódico, esto no sería tan malo, de no ser por el pequeño detalle de que es de este grupo de personas de donde va a salir el próximo gobernante del país.
Otro grave problema que encuentro, es la completa falta de conexión con la realidad del país que tiene la Iglesia Católica y la falta de criterio de los guatemaltecos para darse cuenta de ello. Pregunto, ¿es realmente la fertilización in vitro uno de los grandes problemas de los guatemaltecos? ¿Es el matrimonio de personas del mismo sexo realmente algo que sea primordial para el mejoramiento inmediato de la agobiante situación del país? Me parece que la Iglesia Católica y los partidos políticos se han dado cuenta del éxito rotundo que ha resultado el mezclar política con religión en los Estados Unidos y ahora pretenden venir a vender la misma idea de que lo más importante a la hora de escoger un candidato es su religión y sus respuestas a estas preguntas y no su intelecto, sus planes de trabajo, su equipo de gobierno, sus ideas y su capacidad de llevarlas a cabo. Es ridículo que una institución con tan reconocida trayectoria histórica en la violación de los derechos humanos se atreva a pontificar sobre ética y moralidad, y es verdaderamente lamentable que tantas personas le den importancia especial a sus opiniones. Pareciera que nunca hubieran oído hablar sobre las Cruzadas, la Santa Inquisición, la alianza con el nazismo y el fascismo, y muchas otras barbaridades que han tenido a bien regalarle a la humanidad. Más ridículo resulta todo esto, teniendo en cuenta el escándalo por la lista interminable de sacerdotes pederastas que han poblado sus filas y que fueron protegidos por las más altas autoridades del Vaticano.
Resultó bastante risible el teatro que montaron al principio los organizadores, que parecía una especie de amenaza hacia los participantes. Llevaron a un médico (católico, por supuesto) a que explicara por qué una persona está viva desde el momento de la concepción. Un hecho bastante curioso, pues esta es una postura que la ciencia moderna simplemente no apoya porque no existe evidencia que lo haga. La definición de lo que es “vida” es bastante difícil de obtener, pero de lo que podemos estar seguros es de que para que una persona esté “viva” en el sentido realmente importante de la palabra, es que tiene que tener consciencia (del latín conscientia) – es decir, debe de tener los órganos que permiten tener una experiencia consciente del mundo como lo son un cerebro y un sistema nervioso. Un cigoto no posee estos órganos, así que resulta difícil – por no decir imposible – ver cómo un grupo de células en desarrollo puede ser considerado sin lugar a dudas, un ser humano vivo. Este tipo de presentaciones me parecen de lo más deshonesto, pues no buscan llegar a un conocimiento verdadero de la naturaleza humana, sino perpetuar prejuicios, opiniones sin fundamento sólido y apelar a los sentimentalismos de las personas. También se invitó a una pareja a que diera un testimonio sobre su experiencia con el aborto y cómo fue que gracias a que decidieron no hacerlo, ahora tienen una familia perfecta y feliz. ¿Para qué? Obvio, para dejar en claro cuál iba a ser la postura oficial a la que era mejor no oponerse. Tal es la prepotencia de la Iglesia Católica.
Creo que este foro, a pesar de ser la payasada que fue, nos abrió una ventana hacia la realidad de nuestro país: la Iglesia tiene todavía demasiado poder político y social; nuestros políticos están dispuestos a bailar el son que les toquen (todavía me cuesta trabajo creer que un científico e intelectual como Eduardo Suger se pronuncie en contra de la fertilización in vitro por ir en contra de la voluntad de dios); que otros muchos son unos grandes ignorantes y prepotentes; y que la sociedad en general tiene sus valores a la inversa, ya que aplaude políticas y opiniones que tendría que repudiar. Es precisamente este último punto el que a mí más me preocupa y es la razón principal de mi animosidad hacia las creencias religiosas, pues hacen que personas buenas actúen mal creyendo que están actuando bien.
Otros columnistas, como Gustavo Berganza y Estuardo Zapeta, dedicaron espacio en sus respectivas columnas en elPeriódico y Siglo XXI al acto circense que resultó ser el foro de la CEG. También se publicó un artículo en un foro amigo llamado Piensa…luego existe. En general, comparto el sentimiento de lo que se dice en ellas y resultaría bastante redundante decir algo más, aparte de lo que ya he dicho. Sin embargo, creo que sí hay bastante más que decir con respecto a las posturas específicas que expresaron algunos de los candidatos. En los próximos días escribiré un poco sobre ellas y las razones por las cuales están completamente equivocadas.
Mientras tanto, solo quisiera dejarlos con un mensaje. Es importantísimo que antes de llegar a formarnos una opinión sobre cualquier tema, que tratemos de obtener la mayor cantidad posible de conocimientos y de hechos. Una opinión bien fundamentada va a ser una opinión mucho más cercana a la verdad. Las instituciones religiosas hacen exactamente lo contrario y luego pretenden vender su ideología como la mejor fundamentada de todas. Por favor ya es hora de que cambiemos nuestra forma de pensar y de abordar las preguntas difíciles, pues es la única manera en la que vamos a avanzar. En Guatemala, esto es urgente.
ernesto warren
Debieron abordar el tema del racismo tambien la falta de oportunidades (educacion, desarrollo, etc) maldita iglesia maldito cristianismo que mala hora se vino a cagar en todo
chofo
Me pareció interesante, cada quien pregunta los temas que le interesan, si bien no son temas que tienen que ver con aspectos “de primordial importancia para el mejoramiento inmediato de la agobiante situación del país” (por citar al autor de este artículo) si es parte de la realidad que se vive en muchos lugares del país. Los demás temas: Educación, desarrollo, plan de gobierno, nuevas leyes y propuestas, etc. son temas que hasta el cansancio se han hablado y siempre repiten lo mismo, los han entrevistado con estos temas en Emisoras unidas, CNN, Guatevisión, etc, etc. Por último, me pareció interesante porque nos dimos cuenta la forma de pensar (o de ser hipócrita) de cada candidato. Saludos,
Dios, Patria y Libertad » Guatemala Secular
[…] hoy tenía planeado escribir, como lo prometí en una entrada anterior, sobre uno de los temas discutidos regurgitados de memoria por los candidatos la semana […]
Andy de León
Personalmente Suger (quien supuestamente se ha proclamado como el intelectual), dio respuestas incoherentes… esperaba algo mejor de el, pero demostro ser uno mas del montón…
Admin
Sí, nadie se salvó de ir a hablar incoherencias. A mí también me decepcionó enormemente, sobre todo su respuesta sobre la fertilización in vitro.
¿El gobierno de dios? » Guatemala Secular
[…] a diario. La Conferencia Episcopal de Guatemala, convocó a los candidatos a la presidencia a un vergonzoso circo en el que ni uno sólo se atrevió a cuestionar la autodenominada “autoridad moral” de […]