Recientemente he platicado con un amigo y compañero de estudios sobre la importancia de ser breve al comunicar ideas y de lo extremadamente difícil que puede llegar a ser. Ambos vemos en Jorge Luis Borges a un maestro de la brevedad, pues él era capaz de decir en dos o tres líneas, lo que otros hacían en dos o tres páginas. Y no sólo eso, sino que lo hacía con una chispa y una capacidad de provocación realmente excepcional.
Creo que Alberto Montt es al cómic, lo que Borges fue a la literatura. Un ejemplo reciente:Creo que en un pequeño dibujo, logra capturar lo que libros enteros dicen acerca de la creencia en la oración: Equivale a creer que si en efecto hay un ser omnipotente y omnisciente que creó y que controla el Universo, con simples plegarias vamos a lograr hacerlo desviarse de su plan.
Para más de Alberto Montt, visite su blog llamado Dosis diarias.