Crueldad animal y religión

Después de un largo día de de trabajo y de estudios, llegué a mi casa y me vine a topar con esta perla de amor cristiano:

El dolor y el sufrimiento no tienen absolutamente nada que ver con sustancias misteriosas o almas inmateriales. Tienen que ver con la existencia de sistemas nerviosos. Por eso es que no tenemos consideraciones morales con las mesas, las sillas, las pelotas de fútbol, las piedras o los sacacorchos. Los animales poseen sistemas nerviosos con diferentes grados de complejidad y con ellos la capacidad de sufrir física y psicológicamente, en distintos grados. Esto lo sabemos gracias a los avances que muchos hombres y mujeres han logrado en campos diversos como la biología evolutiva, las neurociencias, la primatología y la etología.

La Biblia, sin embargo, está de acuerdo con lo que esta “familia de verdad” asevera – que no debemos de tratar de evitar el sufrimiento animal. Hay una gran cantidad de pasajes en los que se describen los pasos a seguir para sacrificar animales y ofrecerlos como ofrenda al Señor. En Génesis 9, el dios judeocristiano hace un pacto con su siervo Noé:

“Dios bendijo a Noé y a sus hijos, con estas palabras: «Tengan muchos hijos y llenen la tierra.Todos los animales del mundo temblarán de miedo delante de ustedes. Todos los animales en el aire, en la tierra y en el mar, están bajo su poder. Pueden comer todos los animales y verduras que quieran. Yo se los doy. Pero hay una cosa que no deben comer: carne con sangre, porque en la sangre está la vida.”

En tiempos modernos, la Iglesia Católica asevera en su catecismo que

Dios confió los animales a la administración del que fue creado por él a su imagen (cf Gn2, 19-20; 9, 1-4). Por tanto, es legítimo servirse de los animales para el alimento y la confección de vestidos. Se los puede domesticar para que ayuden al hombre en sus trabajos y en sus ocios. Los experimentos médicos y científicos en animales son prácticas moralmente aceptables, si se mantienen en límites razonables y contribuyen a cuidar o salvar vidas humanas. 2417

Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas. Es también indigno invertir en ellos sumas que deberían remediar más bien la miseria de los hombres. Se puede amar a los animales; pero no se puede desviar hacia ellos el afecto debido únicamente a los seres humanos. 2418

Si bien se sigue manteniendo la espuria creencia de que el resto del mundo animal le pertenece a los humanos por decreto divino, aquí hay un notable avance con respecto a las palabras del dios judeocristiano en el Génesis. Sin embargo, es necesario recalcar que esta no fue siempre la posición de la Santa Iglesia. Durante la Inquisición, las supuestas brujas no fueron las únicas que sufrieron horribles torturas – también lo fueron los gatos. Gracias a la bula papal Vox In Rama de Gregorio IX (año 1232, la cual, lamentablemente no está disponible en español), en la que se describía a los gatos como encarnaciones de Satanás, miles de gatos fueron lanzados desde campanarios, quemados vivos en la hoguera y lanzados vivos en aceite hirviendo. Este trato miserable hacia los felinos continuó hasta el siglo XIX, cuando en Inglaterra surgieron varios grupos que denunciaban el maltrato animal.

Antes, en el siglo XVII, René Descartes aportó su grano de arena, cuando desarrolló su filosofía dualista que aplicaba únicamente a los seres humanos. Descartes afirmaba que los animales eran como máquinas incapaces de razonar o de tener sentimientos, y esto dio carta blanca a los investigadores de la época para que abrieran animales vivos sin preocupaciones morales. Entre los principales opositores de Descartes se encontraban Voltaire y Jeremy Bentham. Voltaire señaló que lo que podía encontrarse al abrir a un animal, eran órganos vivos y sensoriales que invalidaban la tesis mecanicista cartesiana. Aunque nunca llegó a practicarlo, tanto Voltaire como Rousseau  defendieron tímidamente el vegetarianismo. Jeremy Bentham, por su lado, criticó la posición cartesiana diciendo “No debemos preguntarnos: ¿pueden razonar?, ni tampoco: ¿pueden hablar?, sino: ¿pueden sufrir?”  (Introducción a los principios de moral y legislación, 1789).

En la actualidad, es el filósofo ateo y australiano Peter Singer quien ha desarrollado el trabajo intelectual más importante sobre la defensa de los derechos animales. Su obra Liberación animal (1975) es considerada como un clásico de la filosofía moral y la pionera de la discusión racional sobre el estatus moral de los animales en el siglo XX.

Este es un muy breve resumen del tema en la sociedad occidental. En el caso de las sociedades orientales, la historia es diferente. Si bien algunas culturas orientales también practicaron alguna forma de sacrificio animal, la topografía del continente asiático permitió que sus habitantes tuvieran un contacto más directo con la naturaleza. No debe de sorprendernos, entonces, la postura del jainismo – una religión ateísta con raíces en el hinduísmo. Uno de los preceptos principales del jainismo, escritos alrededor del siglo IV AEC es el siguiente:

No hieras, abuses, oprimas, esclavices, insultes, atormentes, tortures o mates a criatura o ser viviente alguno.

¿Qué tan diferente sería nuestra historia si nos hubiéramos suscrito a algún pensamiento similar al de los jainas en lugar de la supuesta autoridad de la Biblia?

Como sucede con otras atrocidades humanas como la esclavitud, los avances morales que ahora tomamos por sentado, se debieron a siglos de discusiones seculares – no religiosas. Bajo el largo y negro velo de la ignorancia, los humanos hemos cometido atrocidades. La razón y el entendimiento científico del mundo nos ayudan a ver nuestros errores y está en nosotros la decisión de seguir actuando estúpidamente o dejarnos iluminar.

El dogma, por el otro lado, únicamente nos condena a la mediocridad y a la crueldad. Bentham sabía lo que decía cuando dijo que “el espíritu de la teología dogmática envenena todo lo que toca”.

Oscar G. Pineda

Oscar es un mamífero bípedo, de la especie Homo sapiens. Disfruta observando extrañas y repetitivas manchas en pedazos de papel, y oyendo a personas de acento raro hablar de peces con patas saliendo del mar; usando palabras raras como ‘qualia’ o números con muchos, muchos ceros. Tuvo la loca idea de dedicar su vida a hacer lo que le gusta, así que ahora está estudiando filosofía en la universidad y ciencia en su tiempo libre. Así se siente a gusto, cuestionando todo; hasta lo que “no se debe cuestionar”. Ah, y odia escribir sobre él mismo en tercera persona.

7 Comments

  • Reply February 22, 2012

    David Liam

    “Los animales no sufren, pues no tienen alma. Están hechos para servirnos en la mesa, así como nosotros servimos al Señor.”
    O sea que yo, que sirvo al señor como un animal, ¿no sufro y no tengo alma?
    La religión es un poco frívola verdad.

  • Reply February 24, 2012

    Lelouch

    hummm… Es estupido lastimar a los animales… como todo en la naturaleza debemos alimentarnos unos de otros porque esa es la ley natural, muy cierto… sin embargo eso no significa que debamos sentir placer al quitar la vida de un animal… sobre el afecto… acaso los animales no pueden amar??? creo que es mas sincero el cariño de un animal que el de una persona… las personas mienten, los animales no! yo amo mas a mis animales que a la estupida raza humana…

  • Reply February 24, 2012

    Maro

    Comprendo la intención del comentario de “Lelouch”.

    Si bien es cierto que no debemos abusar del resto de los animales, no podemos afirmar que tienen o no sentimientos. Lo que entendemos como “cariño” por parte de animales como nuestras mascotas, esta dado por su necesidad o para obtener algún tipo de beneficio, principalmente alimento.Tal es el caso que un perro con dos dueños,que solo obedece o sigue a aquel que se muestra mas generoso con este en tanto a alimento y otras necesidades.

    También debemos comprender que pertenecemos a esa “estúpida raza humana” y que ademas no podemos predicar “amor a los animales” si no somos capaces de amar también a los de nuestra propia especie, que ademas y aun que a algunos les cause molestia, también somos animales.

    • Reply February 25, 2012

      Lito

      Maro, si no podemos afirmar que los animales tienen o no sentimientos, entonces tampoco podemos afirmar que los humanos tienen o no sentimientos.
      Hablamos , por el momento, claro, de animales dichos “superiores”: mamíferos con neocórtex lo bastante parecido al nuestro.
      El sentimiento “superior” puro e incondicional e incondicionado es una ilusión, ni los humanos lo tenemos. El problema está en percibir o comprender ese sentimiento como algo elevadamente superior en el humano, cuando que su base es exactamente la misma que la del perro que pones por ejemplo.
      Estoy de acuerdo con que debemos ejercer ese amor a los humanos, siempre, pero no creo que fallar en eso, a nivel especie, justifique el no amar a los animales.
      Y es que ese amor a la criatura está más allá, me parece, de si es humano, mamífero ‘superior’ , vegetal, o lo que sea.
      Es más: puedes “amar” una bacteria o un virus letal. Puedes verlos perfectos, un prodigio, estructuras maravillosamente letales que el universo o la ‘naturaleza’ ha creado. Y sí, en estos casos, primará el interés de mi supervivencia sobre el de ese maravilloso mecanismo. Y a veces no, a veces será efectivamente letal.
      ¿ No es alucinante este universo ?

  • Reply February 25, 2012

    Samuel

    Proverbios 12:10 – El justo cuida a sus animales, pero el perverso es cruel con ellos.

  • Reply February 25, 2012

    Lito

    Buscando otra info me topé con este espléndido sitio. Comparto lo que aquí sostienen.
    Buscando el texto original en latín de la mencionada bula Vox in Rama.
    ¿ Alguna ayuda ? Gracias.

  • Reply March 3, 2016

    Noel Navas

    Eclesiástico 7,22: “Si tienes animales, trátalos bien”

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