El autismo de Temple Grandin

TempleGrandin

Casi siempre me encantan las charlas de TEDtalks y las animaciones de TEDed. TED es una organización no lucrativa de origen estadounidense, dedicada a la difusión de ideas innovadoras que vale la pena dar a conocer (“ideas worth spreading” como dicen en su eslogan). Se concentran en la organización de charlas y conferencias, dictadas por personas con ideas innovadoras, y que nos invitan a pensar sobre las cosas desde una perspectiva no convencional.

Hace un par de meses, llegó a mi correo una charla titulada “The world needs all kinds of minds” (“El mundo necesita todo tipo de mentes”) impartida por una mujer llamada Temple Grandin, que fue diagnosticada con autismo desde muy temprana edad.

La historia de Temple Grandin me resulta muy interesante por distintos motivos. Para empezar, no me cuesta mucho imaginar lo que debe haber sentido al ser considerada una niña “diferente” o “rarita”, tanto por su familia como por sus maestros y compañeros de escuela.

Grandin aprendió a hablar hasta los tres años y medio, y como cualquier niña con autismo, tuvo problemas de aprendizaje en la escuela. Sobresalía en Artes y otras materias que requerían de habilidades psicomotrices, pero le costaban mucho las materias “importantes”, como el Lenguaje y las Matemáticas.

Hoy en día, Grandin tiene muy claro que su forma de pensar siempre fue diferente a la de los demás, pero no por eso era menos valiosa. Mientras que la mayoría de nosotros pensamos en forma verbal, ella piensa en forma gráfica. Sus pensamientos pasan por su mente como una serie de imágenes relacionadas, o como en una película. No “escucha” sus pensamientos (como la mayoría de nosotros), sino más bien los ve. Esto me resulta sumamente interesante, porque implica que Grandin no se vale de la lógica argumentativa para darle sentido a sus ideas, sino de un tipo de lógica distinta y menos comprendida. Tan poco comprendida, que incluso suele confundirse con un tipo de retraso mental. Y así como Grandin piensa en imágenes, tal vez otros “autistas” piensan en sonidos, en olores, en sensaciones y otros tal vez piensan en maneras que ni siquiera puedo imaginar.

Grandin tuvo la suerte de toparse en la secundaria con un maestro que en vez de hacerla sentir como una tonta, supo identificar y reforzar sus habilidades particulares, lo cual también hizo que Grandin desarrollara confianza en sí misma.

Eventualmente, Grandin consiguió un trabajo donde tuvo la oportunidad de aplicar sus habilidades en la resolución de problemas relacionados al manejo de ganado. Resulta que esa capacidad de pensar en imágenes le permitía comprender cómo pensaban los animales. Grandin logró identificar aquellos detalles del entorno que hacían que las vacas entorpecieran su curso, como la presencia de personas detrás de las barras laterales, o la presencia de objetos y sombras en el entorno. Se dio cuenta de que era indispensable que las vacas no tuvieran distracciones visuales si quería que se movieran eficientemente en grupo.

Esa habilidad de “pensar como una vaca” le permitió a Grandin diseñar construcciones que hicieron del manejo de ganado una tarea tan eficiente, que vino a revolucionar la manera en que los ganaderos estadounidenses manejan actualmente a sus animales. Esto se tradujo en ganancias millonarias para muchos ganaderos, y hoy en día Grandin se gana la vida asesorando a compañías tan grandes como McDonalds y Burger King en el diseño e implementación de “cattle facilities”.

Lo que me encanta de esta historia, es que se trata de un caso real que nos demuestra que la inteligencia es relativa, y que existen distintas maneras de aprovechar al máximo cualquier aspecto de la misma, incluso aquellos aspectos que se consideran de poco o nulo valor en su medición, que tradicionalmente se hace a través del Coeficiente Intelectual.

En general, desconfío mucho de la concepción generalizada de lo que se supone que debería ser la inteligencia, y de cómo dicha concepción ha influido en distintos aspectos de nuestra sociedad, desde cómo se han desarrollado los sistemas educativos, hasta el trato generalizado que suele darse a las personas que se consideran poco inteligentes, como quienes han sido diagnosticados con alguna forma de autismo.

El sistema educativo actual fue diseñado para ajustarse a las necesidades del mundo occidentalizado de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Fue concebido en el contexto cultural de la época de la Ilustración, y en las circunstancias económicas de la Revolución Industrial. La economía de la industrialización dio lugar a una cultura generalizada que daba valor a las habilidades numéricas y verbales, que a su vez constituyeron la base del artificio del Coeficiente Intelectual, que sigue siendo el principal instrumento utilizado para medir la inteligencia.

Como ya expuse en una columna anterior, comparto la opinión de expertos educadores como Sir Ken Robinson, con respecto a que el Coeficiente Intelectual no es un instrumento adecuado para medir la inteligencia de las personas, ya que no toma en cuenta habilidades mentales tan asombrosas como las de Temple Grandin.

Algunos especulan que hoy en día personalidades como Tesla, Einstein y Mozart habrían sido fácilmente catalogadas como autistas. Y yo solo me alegro mucho de que no hayan nacido en este tiempo, porque probablemente esa etiqueta hubiera provocado que se les tratara diferente, que se sintieran mal consigo mismos, y que no lograran desarrollar su talento de la manera en que lo hicieron.

Walda Salazar

Soy una ex-andinista, enamorada de la naturaleza más allá de lo que puedo expresar con palabras. De todos los fenómenos naturales, la Vida ha sido siempre de mi particular interés, y por eso estudié Biología en la universidad. Creo que la única manera objetiva de entender la realidad es a través de la experiencia y el uso de la razón. Estoy en desacuerdo con los dogmas, el adoctrinamiento y la fe ciega; y para mí es un gusto poder compartir con ustedes, estimados lectores, mi forma particular de pensar acerca de la naturaleza de las cosas.

1 Comment

  • Reply May 7, 2013

    alexpot

    Concuerdo contigo, si estas personas como Eisntein y Morzat habrian sido catolalogadas como autistas, No hubieranos conocido sus grandes ideales y jamas hubieranos sabido nada acerca de la relatividad !!!! Me agrado mucho este articulo 🙂

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