Cosas de perros

Si usted le pregunta a un biólogo cuál es su animal favorito, casi con seguridad le contestará con el nombre científico latinizado de un animal poco conocido que no puede verse a menos que se interne en lo más profundo de su hábitat natural. Pero no es así en mi caso. Mi animal favorito tal vez sea el más común de todos: el perro.

Me gustan tanto que tengo cuatro en mi casa. Además de que los quiero mucho y alegran mis días, al observarlos me parece que son animales fascinantes en su anatomía, fisiología, comportamiento y desde cualquier otro punto de vista.

La historia natural de los perros es la historia de los humanos, ya que si no fuera por nosotros, ellos ni siquiera existirían. Se trata de una historia que ilustra cómo la interacción entre dos especies completamente distintas ha marcado el curso evolutivo de las mismas.

En mi opinión, la historia natural del perro doméstico debería de incluirse como estudio de caso en cualquier curso formal de Evolución, ya que ilustra cómo es que distintas fuerzas evolutivas (selección natural  y mutación) pueden actuar juntas para dar lugar a la diversificación de especies (sea cual sea el concepto de “especie” que se maneje).

Aunque la hipótesis de que el perro doméstico (antes Canis familiaris) evolucionó a partir del lobo gris (Canis lupus) data desde mediados del siglo pasado,  fue hasta el reciente auge de las técnicas modernas en biología molecular que se obtuvo evidencia contundente (por medio de análisis de ADN nuclear y mitocondrial) que corrobora dicha hipótesis. Se han realizado tantos estudios para poner a prueba la hipótesis de que los perros evolucionaron de los lobos, que no alcanza este espacio para incluir todas las referencias (unas más formales que otras), entre las cuales se encuentran varios artículos científicos liberados.

Cómo fue que los lobos comenzaron a relacionarse con los humanos es algo que no se sabe a ciencia cierta, pero los especuladores han sugerido varias hipótesis (unas más plausibles que otras).  Algunos proponen que los humanos comenzaron a adoptar deliberadamente a cachorros de lobos con el objetivo de tenerlos como mascotas, y que los animales más mansos fueron seleccionados para quedarse y reproducirse.  Dado que la relación humano-lobo comenzó cuando los humanos aún éramos cazadores-recolectores, resulta poco probable que en una época en la que costaba mucho conseguir comida, los humanos se hayan tomado la molestia de adoptar y mantener mascotas, ya que sobrevivir era la prioridad.

Otros proponen que algunos lobos comenzaron a permanecer cerca de los humanos para alimentarse de sus desperdicios, ocupando así un nuevo nicho alimenticio que ningún otro animal había explotado antes. Se cree que estos lobos eran los de menor jerarquía en sus manadas naturales, los que eran sometidos por el macho alfa, los que comían de último, los que no lograban aparearse, etc.  Para estos individuos poco afortunados y sumisos, resultó más ventajoso alimentarse de los desperdicios de los humanos que tener que cazar a sus propias presas (que además tenían que ser cedidas a los miembros de la manada que ocupaban un lugar jerárquico de mayor rango). Eventualmente, se cree que los humanos comenzaron a mantener a estos lobos cerca por pura conveniencia, ya que además de ayudarles a localizar presas para cazar (gracias a su agudo sentido del olfato), también les ofrecían protección, les alertaban sobre cualquier peligro que pudiera surgir durante la noche, y en ocasiones también servían como alimento.

Para cuando los humanos comenzaron a relacionarse con el lobo gris, éste ya se encontraba ampliamente distribuido por las zonas templadas del mundo (Europa, la mayor parte de Asia y América del Norte). Sin embargo, la evidencia genética coincide con la evidencia fósil en que los primeros lobos/perros surgieron en Asia entre 10,000 y 13,000 años atrás, y desde entonces no se han separado de nosotros. El perro es el primer animal que los humanos comenzamos a domesticar, incluso desde antes del establecimiento de la agricultura, y desde mucho antes de que comenzáramos a domesticar vacas, aves, cerdos, caballos, gatos y otros animales.

A lo largo de los siglos, los humanos cruzaron a los perros/lobos con rasgos más deseables, creando así una variedad de formas mayor a las que surgían y sobrevivían por selección natural en el medio silvestre. Éstos fueron los inicios de la selección artificial. Aún así, la variedad de formas se restringía básicamente a dos tipos generalizados: los perros grandes y de pelaje espeso que estaban mejor adaptados para sobrevivir en las zonas templadas (climas fríos), y los de menor tamaño y pelaje corto que estaban mejor adaptados para sobrevivir en las zonas tropicales (climas más cálidos).  Estos últimos eran muy similares a los perros mestizos “de calle” que existen en la actualidad, con proporciones relativamente esbeltas y un típico pelaje corto de color café-amarillento.

Los perros no cambiaron mucho durante varios siglos (incluso sobrevivieron al establecimiento de la agricultura y la Edad Media), hasta que la Revolución Industrial vino a causar cambios importantes en la estructura de las sociedades humanas. Una de las consecuencias de esto fue que los humanos comenzaron a concentrarse en ciudades, y a vivir en casas cerradas en vez de en campos abiertos.

Para las personas que vivían en ambientes urbanos, los perros dejaron de servir como ayudantes de caza o de trabajo en el campo, y adquirieron el papel principal de mascotas. La sociedad europea pasaba por una época en que estaba obsesionada con el diseño y la innovación, y esta obsesión se trasladó al “diseño” de perros, que pasaron a ser un accesorio de exhibición para las clases altas. Fue en la Europa del siglo XIX cuando ocurrió una explosión de razas de todos los tamaños, formas, colores y temperamentos.

Se popularizaron las exhibiciones que no tenían otro fin más que presumir las características físicas de los perros recién “diseñados”, comenzó a existir una demanda por estas nuevas razas, y con esto comenzaron los cruces selectivos. La eugenesia canina llevó a la creación del Kennel Club de Inglaterra (poco años después se creó el de Estados Unidos), que es una asociación (financiada hasta la fecha por la monarquía Inglesa) que mantiene registros privados de los individuos pertenecientes a los pedigrís más apreciados. En otras palabras, el Kennel Club mantiene un registro genealógico de los perros con pedigrí, que puede rastrearse hasta hace un poco más de cien años atrás. Razas como el poodle, el pug, el bull terrier, el bóxer, el bull dog (entre muchas otras) surgieron en esta época.

El 80% de las razas conocidas actualmente no existían hace 150 años.  Una gran parte de las razas actuales son el resultado del mayor experimento eugenésico llevado cabo por la humanidad, en su afán por crear perros “perfectos” y a la medida de los estándares humanos de belleza.

Lamentablemente, esta excesiva selección artificial ha dado origen a la proliferación de perros que sufren de distintos padecimientos característicos de cada raza. Esto se debe a que a que los perros con pedigrí suelen presentar muy poca variabilidad genética (fenómeno conocido como endogamia), y dado que han sido cruzados entre parientes, han pasado dichos padecimientos de generación en generación.

Aunque algunos de estos padecimientos son indeseables para los humanos (como la epilepsia, la diabetes, la ceguera, la sordera o los padecimientos cardíacos), otros son seleccionados deliberadamente, aun cuando éstos comprometan el bienestar y la salud del perro. Algunos padecimientos son propios de razas particulares. Por ejemplo, los bóxer suelen sufrir de epilepsia, los chihuahas y los pitbull de padecimientos cardíacos, los cavalier spaniel suelen desarrollar siringomielia (desarrollan cerebros más grandes que su propio cráneo, causando daños neurológicos severos y hasta la muerte). La cadera echada hacia debajo de los pastores alemanes de exhibición, no es más que una deformidad ósea (displasia de cadera), la cresta de los rodesianos es una deformidad de la columna vertebral que deja un poco expuesta la médula espinal, muchos schnauzers desarrollan diabetes, el gen que da como resultado el manto blanco de los dálmatas está asociado a una mutación que también les produce sordera, los dachshund y los basset hound son acondroplásicos (perros enanos con cuerpos de tamaño normal y patas desproporcionadamente cortas); y así podríamos seguir y seguir. Por el contrario, los perros mestizos suelen ser muy sanos, ya que en ellos ha actuado más la selección natural que la selección artificial, y en sus poblaciones no suele haber endogamia. Es por ello que los perros mestizos del mundo están bien adaptados a los ambientes en que les ha tocado vivir.

Aunque en un inicio la relación entre los perros y los humanos se haya dado por mera conveniencia, en la actualidad esto ya no es así. Los perros actuales suelen ser considerados como miembros de la familia. Al contrario de los cerdos, las gallináceas, las vacas y otros animales domesticados; los perros se han ganado un lugar especial en el corazón de los humanos. Muchos de nosotros no estamos exagerando al afirmar que amamos a nuestros perros, y que únicamente queremos lo mejor para ellos. Les dedicamos tiempo, los llevamos al veterinario cuando están enfermos, los sacamos a pasear, jugamos con ellos, los acicalamos, y hasta experimentamos un auténtico duelo cuando nos dejan. ¿Pero por qué es esto? ¿Qué es lo que ha hecho que los humanos hayamos llegado a tener una relación tan estrecha con los perros?

La respuesta, según algunos investigadores, está en la forma en que noscomunicamos con ellos, y ellos con nosotros. Estudios comparativos realizados entre cómo se relacionan los lobos y los perros con los humanos, demuestran que los perros han evolucionado para entendernosy comunicarse con nosotros. Es lo menos que se esperaría de una especie que depende de los humanos ¿no? Se ha demostrado que entienden nuestro lenguaje corporal, nuestro tono de voz, que saben interpretar nuestros gestos y hasta el movimiento de nuestros ojos (¿se ha dado cuenta de cómo su perro le ve directamente a los ojos, como si estuviese captando información a partir de lo que usted expresa a través de su mirada?). Y eso no es todo: también comprenden una buena parte de nuestro lenguaje verbal.

Estudios relacionados realizados en humanos, demuestran que casi nunca nos equivocamos al interpretar los ladridos de los perros (sean conocidos o desconocidos), aun cuando no los estemos observando, o sea que nosotros también comprendemos a los perros. Sin embargo, esto no dice tanto acerca de los humanos como de los perros, ya que los lobos, aunque pueden aullar, no pueden ladrar. Esto quiere decir que el ladrido, es un “trait” evolutivo que surgió con la única función de que los perros pudieran comunicarse vocalmente con nosotros los humanos… Y esto me parece maravilloso y sorprendente, tal y como la Evolución misma.

El genoma del lobo gris y de los perros es tan similar, que incluso se considera que los perros son una subespecie de los lobos, de allí que el nombre científico del lobo gris sea Canis lupus, y el del cualquier perro (desde un gran danés hasta un yorkie) sea Canis lupus familiaris.

Así que la próxima vez que vea hacia los ojitos tiernos de su dócil cocker spaniel, piense en que los descendientes directos de sus ancestros, aún siguen siendo feroces cazadores que luchan por sobrevivir en los ambientes más hostiles de la Tierra, alejados de los humanos.

Y contemple a su chuchito, y maravíllese de la naturaleza del único proceso que ha permitido que tanto su perrito como usted, y todas las demás criaturas de la Tierra nos encontremos hoy aquí: la Evolución.

Walda Salazar

Soy una ex-andinista, enamorada de la naturaleza más allá de lo que puedo expresar con palabras. De todos los fenómenos naturales, la Vida ha sido siempre de mi particular interés, y por eso estudié Biología en la universidad. Creo que la única manera objetiva de entender la realidad es a través de la experiencia y el uso de la razón. Estoy en desacuerdo con los dogmas, el adoctrinamiento y la fe ciega; y para mí es un gusto poder compartir con ustedes, estimados lectores, mi forma particular de pensar acerca de la naturaleza de las cosas.

3 Comments

  • Reply April 9, 2013

    HELBER GAZZO DE DIOS

    Hola amigos, pronto comentaré mis más valiosas y sabias opiniones

  • Reply March 15, 2014

    Daniel Lara

    Que grata sorpresa encontrarte en este espacio Walda, leí con mucha emoción tu artículo. Nuestros amigos de cuatro patas enfrentan serios problemas como la mayoria de especies actualmente. Por un lado la cría indiscriminada de perros de raza y por el otro la sobrepoblación de perros callejeros. Por ello la educación es escencial. Muchos saludos. Daniel Lara.

  • Reply July 2, 2014

    Ricardo Berganza

    Me gustó su columna. Y bueno, también me gustan los perros.
    La razón para no tener uno (a) en este momento, radica en que mi abuela les trata como si fueran personas, y entiendo que eso provoca problemas de conducta, especialmente en razas que retan a sus figuras de autoridad.
    Pero no lo descarto, y eso incluye un animal mestizo. Felicidades.

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