¡Nada se mueve, todavía!

Galileo Galilei murió un 8 de enero de 1642, a la edad de 77 años. La Iglesia Católica lo había condenado en 1633 por defender el modelo heliocéntrico de Copérnico, lo cual implicaba negar el modelo geocéntrico de Ptolomeo, respaldado por la teología católica. A la muerte del Galileo, la Iglesia intentó borrar su memoria. Se prohibió ponerle una lápida, hasta que una modesta fue permitida en 1673 –más de 30 años después. Sin embargo, una tumba apropiada fue autorizada hasta 1737 –casi 100 años después de su muerte.

La primera impresión legal y en italiano de sus Diálogos sobre los dos sistemas del mundo se hizo en 1744, pero con la condición de que fuera acompañada por la condena eclesial y la retracción a la que Galileo se vio forzado. La Iglesia Católica finalmente permitió la enseñanza del paradigma copernicano en 1820, casi 180 años después de la muerte de Galileo. Pero fue hasta 1834 que los trabajos de Copérnico y Galileo fueron retirados del Índice de libros prohibidos.

La reivindicación, sin embargo, le llegó hasta 1992 cuando el Papa Juan Pablo II pidió perdón por la condena injusta de Galileo Galilei, reconociendo así que no es una herejía afirmar que la Tierra gira alrededor del Sol –359 años después del juicio inquisitorial presidido por el jesuita Cardenal Roberto Belarmino, guardián de la doctrina en aquellos tiempos y quien afirmaba que el copernicanismo era sólo una hipótesis, así como hoy algunos todavía se atreven a decir que la evolución biológica elegantemente descrita por Darwin es “sólo una teoría”.

Se puede ver, entonces, que la Iglesia es muy lenta para reconocer sus errores y reivindicar a los afectados por la acérrima defensa de sus dogmas, doctrinas sin fundamento, que intenta imponer por autoridad o a la fuerza, de ser necesario. Sus víctimas fueron calladas, como Galileo, o ejecutadas, como Giordano Bruno (condenado a la hoguera en 1600 por afirmar que habían otras galaxias en un Universo infinito, donde además era posible que hubiesen planetas girando alrededor de otras estrellas y habitados por seres vivos).

Mientras tanto, en Guatemala…

En las redes sociales ya muchos olvidaron el escándalo de la Plaza Pública en febrero 2013, excepto algunos de los que nos vimos involucrados personalmente. Han pasado casi tres meses desde que ocurrió el incidente y el Consejo Editorial de esta revista electrónica, financiada principalmente por la Universidad jesuita en Guatemala, no ha tomado una decisión al respecto, a pesar de una reunión concedida para discutir el problema abiertamente, realizada el 6 de marzo con dos representantes de los columnistas interesados y de aquellos que renunciamos a manera de protesta por lo que consideramos fue una censura a la libertad de expresión.

Como recordarán quienes han dado seguimiento al caso, Oscar Pineda publicó un artículo de opinión donde explicaba una de las principales defensas de las religiones dogmáticas (aquellas basadas en una supuesta verdad revelada, generalmente contenida en un libro considerado sagrado) para su sobrevivencia: la restricción a la libertad de expresión y a la libre circulación de información. Irónicamente, ese artículo titulado Eppur si muove fue censurado por el Director de Plaza Pública, por considerar que transgredía una supuesta frontera editorial que aplicaría también a los columnista de opinión invitados al medio: la de no criticar al Papa de Roma, a la Iglesia Católica, a la Compañía de Jesús y, por lo tanto, a la Universidad Landívar. No sólo se retiró el artículo del ciberespacio, sino que además se suprimió el blog que Oscar compartía con Walda Salazar.

Yo he insistido que dicha frontera editorial nunca fue explicitada a los columnistas –como se verifica en este video de una de las editoras fundadoras del medio, pues de haberlo hecho Plaza Pública se estaría contradiciendo a sí misma por lo escrito en su invitación a colaboraciones de opinión:

columnas de opinion limites

Sin embargo, mi motivación para retomar el tema es que el Consejo Editorial (CE) finalmente responda de manera formal a las solicitudes que se les presentaron el 6 de marzo, no a manera de confrontación, sino con sincera disposición al diálogo para contribuir al proceso de reflexión profunda que el mismo CE ha iniciado, y como muestra de nuestra apropiación del medio y de aprecio por lo que significa para nuestra sociedad:

  • Definir y publicar claramente los lineamientos editoriales, así como la relación del medio con los columnistas y las responsabilidades en ambas direcciones, lo cual debería acordarse conjuntamente.
  • Incluir a un representante permanente de los columnistas en el CE, preferiblemente una periodista.
  • Facilitar reuniones periódicas de los columnistas con el CE para tratar asuntos importantes.
  • Establecer necesidad de consulta del Director con el CE antes de tomar decisiones importantes en temas delicados, como el sancionar a un columnista.

Como ya se había indicado en el pronunciamiento de columnistas (20 de febrero), titulado “En defensa de una plaza de todos y para todos,” también pedimos buscar un mecanismo para reparar el agravio causado con la censura y supresión del blog en cuestión –La vida (parcialmente) examinada. Espero que el Consejo Editorial de Plaza Pública y la Rectoría de la Universidad Rafael Landívar no se tomen plazos semejantes a los de la Iglesia de Roma en el caso Galileo.

Carlos Mendoza

Soy centroamericano, economista y politólogo, socio-fundador de Central American Business Intelligence (CABI). Nací y crecí dentro de una familia ladina y católica de clase media urbana, pero con profundas raíces históricas en la Verapaz y el Petén. He estudiado ingeniería (URL), teología (UCA e ITAM), economía (UFM), y política (Stanford y Notre Dame). Y ahora me he dado cuenta que me encantan las ciencias cognitivas y la psicología evolutiva. A los 22 años me desencanté de las religiones y poco a poco me he convertido en un escéptico. Me interesan los problemas socioeconómicos y culturales de Guatemala y América Latina, pero aspiro a ser cosmopolita. Mis principales trabajos en el pasado han sido en CIEN y PNUD.

2 Comments

  • Reply May 8, 2013

    gerber

    Es una entidad católica, obviamente no iban a aceptar criticas de ese tipo. No se caga donde se come.

  • Reply May 12, 2013

    alexpot

    Espero que se haga justicia !!!!

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