“Dame al niño y te devolveré al hombre” es una frase que se le atribuye a los jesuitas, describiendo su sistema educativo. Y es que tienen razón; lo que uno aprende de niño, cuando uno no ha desarrollado la capacidad de pensar racionalmente sobre lo que las figuras de autoridad a nuestro alrededor nos dicen, suele quedarse en nuestra mente para siempre.
Es por eso que las religiones se interesan tanto por la educación de los niños. Luego de fundar una nueva iglesia, el siguiente paso es abrir un colegio, en donde tienen a la nueva generación de mentes fértiles a ser adoctrinadas en su particular forma de ver el mundo. A simple vista, a partir del listado de colegios que publicó la revista ContraPoder, pueden contarse 95 colegios religiosos sólo en el área metropolitana.
Los Testigos de Jehová, sin embargo, han hecho del adoctrinamiento infantil un verdadero arte. En su página web hay una serie llamada ‘Hazte amigo de Jehová,’ dirigida a los más pequeños y que consta de una serie de cortos animados que no tienen nada que envidiarle a Pixar o Dreamworks. Todos ellos, doblados (ojo, no subtitulados) a 128 idiomas.
El personaje principal de la serie es Caleb, un niño de padres Testigos de Jehová, que es progresivamente adoctrinado en sus creencias. En el segundo video de la serie, por ejemplo, Caleb aprende que jugar con Sparlock el mago guerrero es una tentación de Satanás para atraerlo a su mundo de crueldad, maldad y sufrimiento. Además, Jehová lo odiará si lo sigue haciendo.
Lo que sigue, es realmente la crueldad: Caleb es manipulado con ejemplos bíblicos y miradas condescendientes, hasta que se siente culpable de ser un niño feliz que disfruta jugando con muñecos.
La siembra del miedo nunca estuvo tan bien animada.