Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, leímos. Era 17 de mayo. Naturalmente, pasó tan inadvertido como el recorrido vespertino de una hormiga en un país cuyo simpático hemiciclo ha tenido el altruismo de entintar la negación del genocidio. Y lo hizo con la misma prontitud con que un asno se esmera en la articulación de su burricie.
Si una cámara de normas es capaz de jugar a la sordina con los poderes del horror, a traición de su propio pueblo, ya es capaz de cualquier cosa. De cualquier cosa, siempre y cuando la cosa le sonría y dance el vientre a la clientela financista, tesorera del establishment.
En comparación con lo anterior, no plantearse ni siquiera como hipótesis la posibilidad de reconocer ante la ley la unión firme de dos adultos iguales en dignidad y en gónadas, ni honrar a los hijos que estuviesen a su cuidado, es apenas una omisión bizantina. Estos olvidos son peccata minuta.
Pero no lo son para ciertas agrupaciones de domingo por el atrio, que salen de su espacio a propósito del aire. No, no es olvido para estas. De hecho, tienen siempre muy presente la fantasía de aquello que el prójimo pueda o no pueda hacer bajo las colchas. Y priorizan en su agenda el que una parte minoritaria y agraviada de la humanidad permanezca en desventaja, no necesariamente en desventaja de alcoba (aunque también), pero sí en el registro civil. Pregunta retórica número seiscientos sesenta y seis: ¿Quién era el que hablaba de lobbies?
Marchan por «la vida», dicen; también por «la familia». Pero ¿cuál vida? ¿La de las mujeres en gravidez? ¿Dentro de la familia de quién? Puesto que se invoca a la ONU y esta utiliza el plural en sus textos, ¿por qué no marchar por las familias? ¿Por qué no por las vidas? ¿Por qué no en contra de la hambruna y la agresión bélica, lepras que le regalan sus úlceras a la supervivencia verdadera de la gran familia humana?
No. Les interesa más el privilegio y el absolutismo de su moral, sobre todo en razón erótica, sacada a la reventa como universal y eterna. Eso explica su dedo tieso y detractor en dirección al «relativismo». Podrían lo mismo condenar la física de Einstein, ya para aprovechar que el término ‘relatividad’ suena parecido.
* * *
La Congregación para la Doctrina de la Fe es una de nueve que forman parte de la Curia Romana, órgano de órganos del que se sirven los pontífices para ejercer su autoridad suprema. Pues bien, el 3 de junio de 2003, cuando Joseph Ratzinger era prefecto de dicha congregación —y estaba, por lo tanto, al servicio del ya «santo» Juan Pablo II—, esa dependencia del Estado vaticano emitió un comunicado en que se volvía a calificar a las relaciones homosexuales como «graves depravaciones», se refería a los homosexuales como personas que «padecen» una «anomalía», y afirmaba que las uniones entre gais —no llega a decir ‘matrimonios’—tienen un «carácter inmoral».
El texto también repetía que la inclinación homosexual es «objetivamente desordenada» y que las prácticas homosexuales «son pecados gravemente contrarios a la castidad». Castidad general, dictada por hombres que supuestamente la viven: si yo estoy a dieta, usted no coma pastel.
Lo más seductor de esta gema es que va más allá. Los congregados en la Curia Romana desean «hacer intervenciones discretas y prudentes» sobre el matrimonio homosexual, y esto incluye «recordar al Estado la necesidad de contener el fenómeno dentro de límites que no pongan en peligro el tejido de la moralidad pública y, sobre todo, que no expongan a las nuevas generaciones a una concepción errónea de la sexualidad y del matrimonio, que las dejaría indefensas y contribuiría, además, a la difusión del fenómeno mismo».
Además, a «quienes, a partir de esta tolerancia, quieren proceder a la legitimación de derechos específicos para las personas homosexuales conviventes [sic]», la Congregación les recuerda que «la tolerancia del mal es muy diferente a su aprobación o legalización.» Corolario: el matrimonio gay es el mal.
He aquí el plan del lobby católico, dicho sin remilgos y retratado de cuerpo entero:
«Ante el reconocimiento legal de las uniones homosexuales, o la equiparación legal de éstas al matrimonio con acceso a los derechos propios del mismo, es necesario oponerse en forma clara e incisiva. Hay que abstenerse de cualquier tipo de cooperación formal a la promulgación o aplicación de leyes tan gravemente injustas, y asimismo, en cuanto sea posible, de la cooperación material en el plano aplicativo. En esta materia cada cual puede reivindicar el derecho a la objeción de conciencia.
[…]
»Si todos los fieles están obligados a oponerse al reconocimiento legal de las uniones homosexuales, los políticos católicos lo están en modo especial, según la responsabilidad que les es propia. Ante proyectos de ley a favor de las uniones homosexuales se deben tener en cuenta las siguientes indicaciones éticas.
»En el caso de que en una Asamblea legislativa se proponga por primera vez un proyecto de ley a favor de la legalización de las uniones homosexuales, el parlamentario católico tiene el deber moral de expresar clara y públicamente su desacuerdo y votar contra el proyecto de ley. Conceder el sufragio del propio voto a un texto legislativo tan nocivo del bien común de la sociedad es un acto gravemente inmoral.
»En caso de que el parlamentario católico se encuentre en presencia de una ley ya en vigor favorable a las uniones homosexuales, debe oponerse a ella por los medios que le sean posibles, dejando pública constancia de su desacuerdo; se trata de cumplir con el deber de dar testimonio de la verdad.» [Todos los resaltados en negrilla son míos, y todas las citas se extraen de las «Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales». OR 1.8.2003, p.4; Communicationes 35 (2003) 214-223].
Vaso humano para fecundación «no natural». Maternidad subrogada en el cuerpo de una adolescente. Embarazo inesperado y antes de la boda. Paternidad biológica que no corresponde al marido legítimo. Posible prole resultante de una unión anterior por parte de este esposo. Matrimonio «no consumado». Negativa a la reproducción en el seno de la nueva pareja. ¿Y esta es la estructura familiar perfecta, tradicional, sublimada en el imaginario apostólico romano?
Bellísimas «intervenciones discretas y prudentes». Amorosa caridad. Conque una élite de ancianos religiosos, inmune y desde una monarquía foránea, hace lo siguiente: injuria, difama y calumnia a todo un conjunto de personas, religiosas y no religiosas, y se arroga el arbitraje de dictar qué ciudadanos lo son de pleno derecho y qué ciudadanos no lo son. Y, no conforme, desea activamente inscribir este ejercicio de segregación en jurisdicciones civiles y extranjeras, mediante actividad legislativa de acólitos bien posicionados en escaños. ¿Puede pedirse mayor injerencia? Sí, solo falta que sus eminencias ilustrísimas declaren la guerra y revivan las cruzadas.
Si con estas nos las habemos, los no creyentes podríamos buscar inspiración para mover cielo y tierra con tal de exigir que se enmiende el catecismo y se reforme perentoriamente el Código de Derecho Canónico (o se abrogue de una vez). O imponerles nuestro criterio en temas como la inadmisión de mujeres en el sacerdocio, el celibato obligatorio, la regularización fiscal de las iglesias en todos los países, etcétera.
También nos deberíamos sentir autorizados a opinar, con repercusiones en el dominio doctrinal, sobre temas tan interesantes como la virginidad de María Santísima, la paternidad del Espíritu Santo, el sexo y el género de los ángeles, la duración de las penas en el Purgatorio, la infalibilidad y señorío del papa, las canonizaciones bipartitas y así por el estilo.
***
Traídos ya por la mención a María de Nazaret, siempre ha sido fascinante su ejemplo como heroína aporética: virgen y madre, y producto de una inmaculada concepción. Es la madre que no tuvo noción del líquido amniótico porque jamás lo expulsó de su sistema. La madre impolutamente virgen en la vida y en la muer…
Un momento. Casi sucumbo a la ligereza de escribir la palabra ‘muerte’, pero acudió a mi memoria el que la dama nazarena no murió, no. La muerte es consecuencia del pecado, y la futura madre ya estaba reclamada para la santidad desde antes de nacer, porque fue concebida sin mancha. La tautología perfecta.
Así, según el dogma de la Asunción, la augusta Corredentora fue transportada en cuerpo y alma a la gloria de… ¿la Vía Láctea? ¿La galaxia de Andrómeda? No se sabe a ciencia cierta a la gloria de qué latifundio sideral, pero se entiende que esto fue con el objetivo de poner fin a sus días en el globo terráqueo y ahorrarle el trámite de morir.
Ha de suponerse que el medio de transporte fue un enjambre de transparencias aladas que suelen despachar mensajes importantes y practicar esgrima con sus colegas más díscolos, cuando no espían a las personas o abanican con sus alas el fúlgido trono de Yahvé. Tan rutilante luz debe de generar mucho calor. En grados Kelvin.
Bajemos al plano terrenal y retrocedamos en el tiempo. ¿Estuvo el útero de la doncella María «abierto a la vida» después del nacimiento de Jesús? De acuerdo con la tradición católica, no. Los hijos sobran después de parir a un dios.
Es muy sencillo. Verá usted: se nos manda dar por cierta la peculiar circunstancia de una muchacha que resulta encinta sin intervención de persona alguna, fuera del lecho conyugal y antes de ser dada en casamiento a un obrero que le sale célibe.
Vaso humano para fecundación «no natural». Maternidad subrogada en el cuerpo de una adolescente. Embarazo inesperado y antes de la boda. Paternidad biológica que no corresponde al marido legítimo. Posible prole resultante de una unión anterior por parte de este esposo. Matrimonio «no consumado». Negativa a la reproducción en el seno de la nueva pareja. ¿Y esta es la estructura familiar perfecta, tradicional, sublimada en el imaginario apostólico romano? Esto es más bien, precisamente, la flor de aquello sobre lo cual se abalanzan los grupos autollamados «provida» y «profamilia».
¿De qué hablamos? De un parto logrado a través de un himen intacto a priori y posteriori. Muy natural no es. Es el himen de una progenitora que no tuvo idea de qué significa sufrir los dolores del alumbramiento. Luego se dedicó a la crianza de un niño hiperactivo, un enfant terrible que es al mismo tiempo el papá de sí mismo y de su propia mamá, por una regla de tres que no llegaron a entender ni los doctores de la Iglesia.
Ni siquiera la potencia intelectiva de esos santos varones fue capaz de resolver aquel enigma, por más que se hubieran estrujado las meninges en sus instantes de mayor exuberancia. Si no, dígalo san Agustín, güija de por medio. Pregúntesele al mismísimo obispo de Hipona y fornicario reformado que murió en el siglo V de la era vulgar. Que lo diga, pues, san Agustín: experto en confesar barbaridades.
Hablamos, decía, de una niña pubescente que, después de haber dado a luz, queda maravillosamente virgen en el establo de una gruta vacía, poco antes de la llegada de unos pastores comedidos que les llevan requesón, manteca y vino a ella y su lactante. Todo lo cual precede a la llegada de unos astrólogos que además eran reyes no se sabe de dónde, pero que aparecen sobre jorobas de dromedarios amaestrados para concentrarse en seguir la trayectoria de un astro salido de órbita, a efecto de señalar la ubicación exacta de la cueva del portento.
Cuéntele usted este episodio a los bereberes, pongamos por caso, y se le parten de la risa. Pero aplausos. ¡Bravo! Viva la virginidad de la Virgen, premio Nobel de Medicina.
Conducidos por la dialéctica democrática que (al menos en teoría) permite a todos los grupos propugnar sus opiniones en la arena pública, incluidas las calles, podríamos incluso abrir causa a la presunta bigamia de santa María con san José y con el Paráclito. O juzgar la poligamia permanente de Jesús con todas las profesas…
De ese mismo Jesús que también se maridará después del juicio final, de una sola sentada y en avatar de cría de oveja, con ciento cuarenta y cuatro mil espectros ataviados de lino fino y resplandeciente para la nupcial ocasión. Dicho en breve: un ovino divino y casado en masa con la muchedumbre de sus alientos elegidos, pocos en realidad, pero que son en simultáneo sus hermanos y sus hijos.
Ah, que no se tome de manera literal. Son figuras del lenguaje. Metáforas. Narración alegórica. Es filigrana teológica, es miel espiritual de la patrística… imposibles de destejer y digerir por la hermenéutica de mentes perversas y profanas. Esas mentes que ya no quieren dejarse censurar de buen modo en nombre de Cristo. Nada es como antes. Aquí hay un pañuelo.
Lo que no hay es genocidio, no señor. Curioso es también que lo niegan muchas veces las mismas vocalizaciones que cierran filas alrededor de un concepto limitado de familia y matrimonio. ¿Nos extraña? «En sonora carcajada prorrumpid».
Javier Recinos
Querido Ramón, es siempre un gusto y un placer el poder leerte, que a la misma vez se transforma en risas y carcajadas por la ironía y el sarcasmo que van siempre contenidas en tus notas.
Siempre he encontrado interesante los movimiento “pro-familia”, pues todos buscan casi el mismo fin: establecer el modelo “correcto” de familia, entiéndase básicamente así: padre, madre e hijos (metanle chuchos y gatos si quieren), y todos basan sus ideas en ese mamotreto llamado Biblia, pues dios (aún no sabemos cual, pues no solo los cristianos han estado divididos desde el comienzo, sino que también tienen diferentes dioses) así lo ha establecido en su “divina palabra”. Recuerdese, eso si, que los hijos no pueden ser gais, dios no “hace nada imperfecto” y conllevaría a manchar lo que se conoce como la verdadera “familia”.
Nos enfrentamos con fanáticos religiosos, no solo en las marchas con toda esa parafernalia de mal gusto, también en sitios web, y desde donde quiera que hagan su proselitismo, y son personas que en realidad son ignorantes bíblicamente hablando, sí, así como lo lee, IGNORANTES EN BIBLIA (y no es que de la Biblia se aprenda mucho para la vida que digamos) pues no sólo el librito armado allá en el 397 en el concilio de Cartago (mano negra de por medio sépase) posee una cantidad de contradicciones, sino que a su vez, los libros, autores, y lo más importante, fechas, son de dudosa procedencia.
Pero enfoquemonos en la tan dichosa “Familia” que la biblia supuestamente nos entrega, de acuerdo a los “Pro-Familia”. Si hay que ser honestos, la Biblia nunca menciona un modelo a seguir, así que querer basarse en ella para establecer lo “correcto” es ignorancia y es una imposición basada en conceptos erróneos. No podemos tomar por ejemplo la “Sagrada Familia” como vos bién ya lo mencionaste, por que no solo es sumamente disfuncional, sino anti-natural y bígama.
Los conceptos de familia en la biblia no son claros, tomemos por ejemplo las palabras de Jesus de Nazareth, quien dijo así: “Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el novio; y las que estaban preparadas entraron con él a la boda; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir”. (Mt 25, 1-13 RV1960)
Jesús compara su segunda venida al matrimonio (aquí es donde se inicia la familia, tengamos en cuenta) entre un hombre y diez vírgenes. Que nadie se lo vaya a tomar a pecho por favor, recordemos que el cordero inmolado está simplemente enseñándonos algo, no nos está indicando que la poligamía es correcta, ¿ok? … Sé que alguno pensará “Ah, es que en los tiempos de Jesús las amigas de la novia esperaban el novio con lamparas para iluminarle el camino al lugar de la fiesta”, claro, es que todas tenían que ser vírgenes para poder hacerlo, líbrenos Cristo que una casada se atreviera a hacer tal cosa.
Miremos otros casos, ¿Que clase de familía pudo haber sido la de Jefté que entrego a su hija en sacrificio a dios, arrojándola en la hoguera con tal de cumplír su promesa de sacrificar a la primera persona que encontrara al regresar de la batalla? ¿O fué la de Moisés acaso más ejemplar aún, teniendo un hijo con su sirvienta Agar? No hombre, que va, más semental fué Jacobo al tener a Lea, Raquel, y las dos sirvientas de estas, que le parieron 12 hijos, quienes fueron a su vez los líderes de las tribus de Israel, gloria al león de la tribu de Judá; ah, recuerdese que Rubén se le metió en las sábanas a una de sus madrastras, banquete que se dió eso si. ¿Y se preguntarán acerca de Salomón? Ese batió el record de esposas y concubinas, ni el mormón mas acérrimo podría equipararsele.
¿Y sólo con esos pocos ejemplos, los pro-familia y la iglesia católica nos quieren establecer que es una familia y quienes la conforman? Más amor, compasión y ejemplo nos dá la relación de David y Jonatán, eso si fué amor puro.
Pero que vá, ellos no quieren que sepamos esas historias, somos muy brutos para entender la biblia, todas esas parábolas y enseñanzas nos resultan oscuras por que el espíritu de cristo no nos ilumina para entenderlas.
Ya iba a acabar, pero casi se me pasa; donde dejamos a su eminencia, pontífice Catalán, sucesor de Pedro y representante de Cristo, su santidad Pablo VI, que gran ejemplo podemos tomar de él para establecer que una familia es (y este ni casarse tuvo), fué Vannozza Cattanei quien le parió a César, Juan, Lucrezia y Jofré, y la chula Julia Farnesio, que aún se disputa si Laura fué hija de Pablito o del marido, como quiera que sea, amante pontificia si fué, ah que hermosa familia.
Creo que podemos establecer cuan “natural” es la familia judeocristiana, en comparación con la antinatural, perversa, despiadada, pecaminosa y lujuriosa “unión homosexual” que atenta contra los valores de cristo y su santa palabra; tan antinaturales son dichas “uniones” que atentan contra la burra de Balaham.
Ramón U-N
¡Hola, Javier! Gracias por tomarte el tiempo de comentar. Perdón, te contesto un poco irreflexivamente porque no dispongo de mucho tiempo (te habría escrito a tu correo, pero olvidé la contraseña del mío y no puedo acceder a él; no tengo tiempo en este momento para cambiarla). Vuelvo a NY para fines de agosto, a ver si nos reunimos entonces.
Gracias mil por tus elogios. La verdad es que, cuando escribo, no busco la risa por la sola risa. Mi intención es reducir al absurdo (que es lo que son) las innumerables contradicciones, las incoherencias y los sinsentidos varios en que incurren quienes hacen malabares para armonizar dogma con realidad y doctrina con verdad factual. Nada pasaría si solo se quedaran en esto; el insidioso inconveniente es que quieren calzar a la fuerza sus delirios en la esfera pública e imponérnoslos a todos, creyentes y no creyentes. Contra eso hay que luchar.
Siempre he admirado tu conocimiento bíblico, en serio. Además, pienso que tenés talento para la ironía. Deberías escribir para este blog, sobre las incontables incongruencias en la llamada “Palabra de Dios” (si estuvieras de acuerdo, podría hablar con Óscar, el webmaster de este blog; él es, además, un excelente articulista, como habrás notado ya).
Por cierto, ¿tus citas son de la versión Reina-Valera (la más usada por los evangélicos) o de la Nácar-Colunga (autorizada por el Vaticano y una de las más respetadas por los católicos)? Sería interesante poder cotejar las traducciones y ver dónde difieren, ¿no? A propósito, yo recordaba que la confección definitiva del corpus bíblico se había fijado en el Concilio de Nicea (¿en el 325?). Ahora, si vos decís que fue en el de Cartago, te lo creo. Te dejaré de creer en cuanto tenga tiempo para verificar esta información. LOL
Bueno, tu dominio de ese libro de cuentos y de miedo que es la Biblia es tal que me mencionás pasajes que yo ya había olvidado; el de la parábola de las 10 vírgenes es uno de ellos, por ejemplo. Yo sí que veo ahí una visión favorable, aunque tácita, de la poligamia por parte de Cristo: este es el patrón que parece seguir cada vez que habla en parábolas (la de los talentos, la del hijo pródigo, etc.), de cuya enseñanza siempre se puede extraer una aprobación de algún comportamiento determinado.
Y, si el Cristo aprueba la poligamia (más específicamente, la poliginia), entonces deja muy atrás a las cuatro esposas que puede lícitamente tener todo musulmán. ¿Qué te puedo decir en cuanto al rey Salomón, quien, según recuerdo haber leído en el libro de “Reyes” (vos me confirmás luego la cita exacta), tenía 300 esposas y 700 concubinas? El calificativo de “semental” le queda corto. De lo único que sí estoy seguro es que no fue Moisés, sino Abraham, el que tenía como amante a la esclava Agar, de quien se dice que descienden todos los árabes.
Una pequeña observación: creo que el nombre del papa catalán (bueno, valenciano) al que te referís es Alejandro VI, no Pablo VI. Te referís al inefable Rodrigo Borgia, ¿verdad? Si no, olvidá esto.
Finalmente, la “Sagrada Familia” tal cual nos la pintan es exactamente la encarnación de todo aquello a lo cual se oponen esos grupos “pro-familia”, que suelen estar compuestos por miembros del Opus Dei o del Camino y que, para dar la impresión de que no son movimientos exclusivamente católicos, hacen llamados a grupos evangélicos y de otras religiones, para que se les unan. Solamente así pueden camuflar su fanatismo.
Te escribo a tu correo en cuanto cree una nueva contraseña para el mío, así quedamos para hablar un día por Skype, ¿te parece? De momento, un abrazo. -R
P.S. Veo que vos también pluralizás ‘gay’ como ‘gais’. Yo lo hago porque, en cuestiones idiomáticas, a veces soy “más papista que el papa” (¡jajajá! ) y decido seguir los lineamientos de la RAE, que están cada vez mejor razonados y ya no dependen gran cosa de lo que se dicte en un palacio de Madrid. Y también pluralizo así porque me gusta cómo se ve; además, casi nadie lo hace. 😉
Ramón U-N
Perdón. Pensé que mi respuesta de ayer sería breve por la falta de tiempo, pero ya ves que me salió un testamento… lol
Se me pasó comentar algo sobre Salomón. Si hacemos matemáticas, ese rey debía cumplirle su “deber conyugal”, en el período de un año, a más de dos mujeres al día (700 esposas y 300 concubinas son, obviamente, mil señoras que atender en 365 días). ¿No es la lujuria un pecado capital? ¡Qué estamina de tipo! Es decir que tenía que pasar más de un año para que volviera a complacer a la misma mujer.
¿Y qué hacían estas damas durante todo ese tiempo para satisfacer sus apetitos sexuales (que los tendrían, como cualquier persona)? En primer lugar, ni siquiera podían retozar con los guardianes del harén, ya que estos eran eunucos. Y, en segundo lugar (quizá lo más importante), no podían cometer adulterio, so pena de muerte por lapidación según la ley de Moisés. ¿Qué les quedaba? Pues supongo que recurrir a prácticas lésbicas, que, de manera interesante, no estaban tipificadas como adulterio.
Qué curioso, ¿no? Por cierto, en mi respuesta anterior puse el dato al revés (no recordaba muy bien). Se trata de 700 esposas y 300 concubinas, no de 700 concubinas y 300 esposas). Esto se puede leer, según he confirmado, en 1 Reyes 11, 3.
Javier Recinos
Estimado Ramón, será un gusto verte en Agosto cuando estés de vuelta por acá en tierras neoyorquinas. Debó reconocer que cometí dos errores grandes en mi comentario anterior, siendo uno de ellos el de Moisés, es Abraham a quién tenía que hacer referencia como bién me corregiste, creo que un árbol en llamas afuera de mi casa mas dos copas de vino me hicieron cometer tal error. Con el de Rodrigo Borja, ese sí tengo la mala costumbre de confundirlo, ya lo he hecho con anterioridad, y esta vez re-leí varias veces para saber que lo tenía todo correcto, sin embargo volví a cometer el error. Hasta que no canonicen a Pablo VI (ahora en Octubre lo beatifican) creo que no dejaré de cometer el error, así podré ya no más confundirme entre el santo y el demonio.
Gracias por la sugerencia de escribir aquí, lo tendré muy en cuenta. Esta página es de las pocas herramientas de esperanza que veo para que muchos guatemaltecos puedan ser libres de la ceguera religiosa que los atañe, mis respetos a Oscar y al resto del equipo de trabajo (incluído vos).
Efectivamente como te diste cuenta, mi cita fué de la Reina Valera de la revisión de 1960, es a la que tengo acceso más rápido aquí en la web (y la que usualmente leo), y claro que sería interesante hacer comparaciones entre ambas, católicas y evangélicas, aunque te diré que entre las evangélicas existe una cantidad de problemas entre ellas, ¿que sorpresa no? tanto de traducción como de añadiduras y extracciones. Si alguna vez consulto una católica siempre lo hago con la de Jerusalem, aunque iniciaré las consultas con la Nácar-Colunga, gracias por el dato.
Respecto al establecimiento del cánon bíblico, Nicea fué esencialmente convocado para condenar y deponer a Arrio (y para establecer estupideces en sus 20 bodrios cánones). Fueron los concilios de Hipo y Cartago donde empiezan a establecer los cánones (todo inspirado por la paloma mensajera, y digo cánones, por que no se decidían cuales libros eran inspirados y cuales no), aunque el sínodo de Laodicea ya había empezado a listarlos aproximadamente en el 360 cuando se celebró. Como dato curioso, el Apocalipsis de Juan lo consideraban espurio, que cosas no. Así que cuando lo confirmés me contás, y si equivocado estoy, me corrijo en ese momento.
Volviendo a Jesús, en efecto tenía tendencias polígamas, y que decir de su ejemplar papel de hijo, negando a su madre y sus hermanos en presencia de la muchedumbre, y ni que hablar de su padre terrenal, ni mención alguna.
Y ahora que recuerdo otro modelo de familia bíblico, tenemos a Lot, quien ofreció a sus hijas para que fueran violadas con tál que los ángeles no fueran tocados, siendo ellas quienes lo emborrachan días después para acostarse con él y así tener descendencia, hermoso ejemplo, a ver que día los pro-familias nos cuentan esa historia mejor matizada.
La matemática de Salomón te salió bién, ¿pero que podía esperarse de alguien con un modelito de familia como el de él? Allí hay otro ejemplo, resumido queda así: David se acuesta con Betsabé la mujer de Urías el hitita, la embaraza, ordena a Urías a acostarse con ella para quitarse el clavo, este se niega, lo manda al frente de la batalla para que lo maten, muerto Urías, se queda con la Betsabé quien le pare a Salomón. David tiene 10 concubinas, amadas por el, quienes fueron violadas por su hijo Absalóm (David tenía 20 hijos aprox.) David las castiga y encierra y perdona a su hijo. Este Absalóm mata a su hermano Amnón por acostarse con su hermana Tamar (si, incesto puro aquí), a quien ella le rogó no la violara pues si hablaba con el rey él se la daría a el como esposa, y Absalóm le dice a Tamar que no diga nada después de ser violada “por que al fin de cuentas es tu hermano” [sic]. Absalóm se le sube al trono a David, luego es echado y termina atravesado por flechas, David llora y finalmente el trono le queda a Salomón. Esta hermosa historia familiar se puede leer en 2da. Samuel 12-18, aseguro que será más interesante que novela mexicana.
Si los pro-familia se arrojan la autoridad de imponer que es la familia, al menos debería de leer bien las fuentes de donde basan.
Un abrazo.
Ramón U-N
Mi estimadísimo, gracias por seguir aquí. Solo una pequeña aclaración: servidor no forma parte de ningún equipo de trabajo de Guatemala Secular; tan solo soy un colaborador con artículos ocasionales. Todo el esfuerzo que supone el trabajo de este sitio corresponde, y muy justamente, a Óscar Pineda, quien ha creado esta gloria de recurso. No puedo echar en mi cuenta créditos que no son míos. 🙂
Para entrar en materia de tu comentario más reciente, no sabía que beatificarían a Pablo VI. Pero ¿qué “milagro” hicieron que hiciera este difunto? ¿Multiplicar panes y peces en Somalia? ¿Mover una montaña de su sitio (digamos, el monte Éverest)? A esta gente se le da muy bien beatificar y canonizar a los compadres por la pura gana, parece ser.
En cuanto a la versión Nácar-Colunga, también esta se puede encontrar en línea. Si le das clic al enlace que consigno aquí en mi artículo, ese te lleva a la versión completa.
Tenés razón en el tema de la fijación del canon. Como he podido verificar, esto se produjo en los concilios de Hipona y Cartago. En otras palabras, de un solo plumazo, todos los libros que quedaban fuera de la lista pasaron a ser herejía o folclor, a elegir.
Por último, en cuanto al tema del incesto, ¿no te parece deliciosamente irónico que cuando se habla de la historieta de Adán y Eva, y de su supuesta descendencia, no se menciona nunca aquel tabú? Si este cuentecito fuera cierto, entonces los movimientos “profamilia” tendrían que aceptar que todos provenimos del incesto. De otra manera, ¿cómo podrían haberse reproducido Caín o Seth (a Abel lo había matado el primero), si no hubiera sido por medio de la cópula con su propia madre, Eva?
Una de dos: o Adán y Eva tuvieron hijas, sobre las cuales no se pronuncia el “Génesis”, o todo el cómic de “nuestros primeros padres” no tiene ningún sentido. Y, aún así, si fuera verdadero el primer caso, no desaparecería para nada el asunto del incesto: cualquiera de los dos hermanos tendría que haber yacido con su(s) hermana(s) a fin de tener descendencia “por la vía natural”, ¿no?
Pero esto es genealogía sagrada, basada en la eterna “ley moral” que defienden los grupos “profamilia” (así, sin guion, porque “pro” funciona como prefijo; esto se me escapó en mi respuesta anterior, aunque no en el artículo). 😉