Aprender a coger

Esta semana tuve la oportunidad y el privilegio de escuchar a Leonardo Boff, el famoso teólogo brasileño de la liberación, quien impactó tanto mi forma de pensar críticamente sobre la Iglesia Católica, cuando leí en 1992 su libro Iglesia: carisma y poder (1982). Invitado por el Ministerio de Educación (MINEDUC) y financiado por la cooperación alemana (GIZ), Boff compartió, tanto con profesores de los sectores público y privado, como con estudiantes y funcionarios, algunas importantes reflexiones sobre los desafíos educativos en el actual contexto del cambio climático. En resumen, dijo que el sistema educativo debería facilitar en los estudiantes el aprendizaje en ocho dimensiones de la vida humana, para así lograr verdaderamente una educación integral en el siglo XXI, época en la cual estamos empezando a darnos cuenta de la necesidad vital de proteger y rescatar nuestro planeta:

  1. Aprender a Conocer
  2. Aprender a Pensar
  3. Aprender a Hacer
  4. Aprender a Ser
  5. Aprender a Sentir
  6. Aprender a Cuidar
  7. Aprender a Valorar la sabiduría ancestral
  8. Aprender a Cultivar la vida espiritual

El mensaje central de Boff no niega la razón, sino que pide complementarla para aprender a vivir mejor, en armonía entre nosotros y con el resto de las especies, lo cual nos hará más humanos. A continuación, intentaré resumir lo que dijo sobre cada dimensión, y aplicaré esas ideas al debate nacional que ahora mismo tenemos en Guatemala sobre la Educación Integral en Sexualidad, concepto que se ha pedido sea incluido en la Ley de Juventud que actualmente se discute en el Congreso de la República.

1. Aprender a Conocer. Debe aceptarse que en el siglo XXI estamos viviendo en la sociedad del conocimiento. Es el conocimiento, tecnológico y científico, el que nos ha permitido entender que el calentamiento global es una realidad, que ha sido provocado por la actividad humana, y que corremos un gran riesgo al ignorar las advertencias de la comunidad científica. La misma comunidad que ha hecho un llamado a los líderes mundiales para disminuir la emisión de los gases que provocan el efecto invernadero, entre otras medidas inmediatas, para evitar mayores aumentos en la temperatura y sus graves consecuencias para la biodiversidad y nuestra propia subsistencia.

Esto aplica también para la educación en sexualidad, pues gracias a la ciencia sabemos mucho más que nuestros abuelos y padres sobre las enfermedades de trasmisión sexual y cómo prevenirlas. No podemos negar esos datos e información a nuestros hijos y estudiantes, para que vivan saludable y plenamente su sexualidad, también con responsabilidad. El conocimiento es la llave para romper con tabúes y mitos que sólo preservan la ignorancia y sus terribles consecuencias, como los embarazos no deseados y las epidemias globales como la del VIH-SIDA.

2. Aprender a Pensar. La educación, para ser integral, no puede limitarse a la adquisición de conocimientos, conceptos y teorías. No se trata de memorizar y repetir acríticamente lo que otros dicen o escriben. Debemos enseñarles a nuestros hijos y estudiantes a indagar sobre lo que hay detrás de todo conocimiento. Debemos proveerles de técnicas para pensar críticamente y superar sus propios sesgos cognitivos, y así no dejarse llevar por el marketing que sólo busca explotar nuestros deseos. Debemos ser capaces de comprender qué intereses hay detrás de todo, para no ser receptores pasivos e ingenuos de la información que nos llega ahora por muy diversos medios, como el Internet.

Es indispensable saber discriminar entre tanto flujo de datos e información disponibles, porque fácilmente podemos ser víctimas de la desinformación malintencionada. Como la que implementan los obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala en su reciente comunicado titulado “Queremos jóvenes con esperanza y con fortaleza” (8 de febrero de 2016). En el mismo afirman que la Educación Integral en Sexualidad ha tenido efectos contraproducentes en los países donde se ha implementado, pero no citan un solo caso concreto, ni dan alguna estadística para sustentarlo. Fracasan, de esta manera, en su intento por no utilizar el discurso religioso para argumentar en contra de la política pública propuesta, oposición que únicamente pueden sustentar en sus creencias conservadoras.

3. Aprender a Hacer. Boff no se refiere al know-how ni a la técnica. Sino a lo ético de nuestras acciones. Lo que intenta es contrastar el quehacer tecnológico de nuestra era con la práctica de los valores y principios que deben complementar (no sustituir) nuestros saberes post-industriales, pues sin un ethos apropiado, estos es, respetuoso de la naturaleza, podríamos terminar por destruir el planeta. Entre esos valores destaca el de la cooperación, que contrapone a la competencia cuyo único criterio de éxito es monetario.

Es indiscutible que la educación, tanto en la familia como en la escuela, debe incluir valores y principios, como como el sentido de justicia y la solidaridad, la cual se desarrolla a partir de la empatía para la cual estamos predispuestos biológicamente. Pero para manejarnos dentro de un ethos saludable, que promueva tanto la libertad individual como la responsabilidad para con los demás en el uso de esa misma libertad, es importante superar visiones pre-modernas del cosmos que todavía hacen énfasis en el sentimiento de culpa y en el temor al castigo, como medios para el control social y que conciben al individuo con tendencias negativas innatas que deben reprimirse a cualquier costo.

4. Aprender a Ser. En el sentido meramente político, Boff invita a formar jóvenes que asuman su papel de ciudadanos en la polis democrática. Que se preocupen por el bien común, que sean personas sensibles y solidarias con lo demás, en contraste con el egoísmo cínico del capitalismo individualista. Explicó que, precisamente, nos hacemos más persona al aumentar nuestro círculo de relaciones, y en la medida en que aprendemos a convivir con diferentes individuos y culturas, sin fundamentalismos ni prejuicios.

En este sentido, Boff recordó que la información debe ser complementada por la formación. Ese es justo el objetivo de la Educación Integral en Sexualidad, pues no se trata únicamente de explicar a los adolescentes y jóvenes sobre los riesgos de las enfermedades de trasmisión sexual y sobre cómo utilizar apropiadamente un condón para evitarlas, sino de formarlos para que asuman responsablemente el momento en el cual decidan iniciarse sexualmente. Es decir, que cuando llegue el tiempo de experimentar las relaciones sexuales lo hagan con la mayor información disponible y con la madurez necesaria, no sólo física sino también afectiva.

5. Aprender a Sentir. Es una de las dimensiones más interesantes de su planteamiento. Lo explicó como el desarrollo de “la razón cordial”, es decir, la del corazón. Hizo aquí una alusión a la evolución biológica, a nuestro cerebro de mamífero, contraponiendo el neo córtex (la razón, el logos) con el sistema límbico (el pathos). Se refirió a la llamada inteligencia emocional de Daniel Goleman, y a la ética de la razón cordial de Adela Cortina. Lo fundamental, recalcó, es la compasión, el sentir con el otro.

La compasión no es monopolio de las religiones. De hecho, hay creencias religiosas que son poco o nada compasivas, porque imponen un marco de referencia de estricta observancia de la norma y de ciega obediencia a los defensores del dogma, de tal manera que juzgan a los individuos “pecadores” como seres sin voluntad, débiles, o pervertidos, ignorando la complejidad y la diversidad del comportamiento humano. Por ejemplo, en el caso de los consumidores problemáticos de drogas, la visión predominante de los creyentes en Guatemala les considera poco menos que poseídos por demonios y en lugar de atenderlos con compasión y un tratamiento médico adecuado (científico), los intentan liberar de su problema de adicción a puro bibliazo y exorcismos (Teo-terapia). Sobre la falta de compasión de las autoridades de la Iglesia Católica en Guatemala respecto a la  Educación Integral en Sexualidad para la juventud, léase el reciente artículo de Beatriz Cosenza en Plaza Pública (11 de febrero de 2016): “Celestialmente perverso”.

6. Aprender a Cuidar. Se ama lo que se cuida dice Boff, y viceversa. El cuidar da sentido a nuestra vida y, al mismo tiempo, es una forma de reestablecer el equilibro en el Universo. Cuidar una planta o mascota, al ser amado, o simplemente nuestra salud, son acciones que conforman una ética que se contrapone a la del “poder como dominación”.

Cuidar a nuestros hijos, niños y niñas, a las generaciones más jóvenes, puede ser la única manera de romper los ciclos intergeneracionales de la violencia en un país como el nuestro. Tanto la violencia sexual, como otros tipos de violencia dentro y fuera del hogar, deben abordarse con transparencia y realismo, porque ocultar el problema no ayuda a encontrar soluciones, sino sólo a que sigan dándose tales abusos. De nuevo, la Educación Integral en Sexualidad pretende brindar herramientas a los jóvenes para prevenir violaciones y otras formas de violencia sexual del que puedan ser víctimas por parte de los mayores, ya sea por abuso de autoridad, familiaridad o simple uso de la fuerza y el engaño. Cuidar a los más pequeños, por cierto, es algo en lo que ha fallado gravemente la Iglesia Católica, pues decidió proteger a los victimarios en todo el mundo –depredadores pederastas–, en lugar de ponerse del lado de las víctimas, las más vulnerables. Leer reciente artículo publicado en The Guardian (10 de febrero de 2016) sobre las nuevas directrices del Vaticano que aún se quedan cortas para resolver el problema.

7. Aprender a Valorar la sabiduría ancestral. Boff hizo un elogio a la cultura maya, especialmente su cosmología, y su reconocimiento de la tierra como nuestra madre. Dijo que los pueblos mayas deberían estar muy orgullosos de su sabiduría colectiva, y por poseer una cultura que “no ha pasado por la circuncisión de la modernidad”. Y al referirse a su espiritualidad, que busca siempre el equilibrio con la naturaleza, reconoció que la misma no proviene ni es exclusiva de la religión.

Si bien es cierto que las instituciones informales de los pueblos indígenas en Guatemala posiblemente están explicando las bajas tasas de homicidio que se observan en sus territorios, también hay evidencia de serios problemas de violencia intrafamiliar, embarazos no deseados en menores de edad, casos de incesto y de grave inequidad de género, donde las niñas indígenas son quienes llevan la peor parte. Por ello, si el Estado asumiera un papel según el  multiculturalismo liberal (a la Kymlicka), se encargaría de proteger a los pueblos indígenas respecto posibles amenazas externas a su forma de vida, pero también de proteger a sus integrantes hacia adentro para que no se violen sus derechos individuales en función de tradiciones o costumbres pre-modernas, las cuales pueden ser contrarias a los derechos humanos fundamentales y universalmente reconocidos.

8. Aprender a Cultivar la vida espiritual. Como teólogo, Boff no podía dejar de lado la dimensión espiritual de la vida humana. Esperaba yo, sin embargo, que él hablara más en la línea de Mariano Corbí y su concepto de espiritualidad laica, sin religiones. O que profundizara en la espiritualidad naturalista de los no creyentes, que encuentran regocijo en la belleza de la diversidad biológica, en la inmensidad del Universo y sus secretos aún por descubrir, en la música y demás expresiones artísticas, o en el conocimiento hecho poesía, como cuando Carl Sagan decía que el Homo sapiens es la forma que tiene el Universo para conocerse a sí mismo o que somos polvo de estrellas.

No obstante, Boff mezcló arbitrariamente diversas concepciones de la divinidad, primero definiendo a Dios como la energía que sustenta al Universo y luego diciendo que la necesidad que todos tenemos de sentirnos ligados al Todo es algo innato en nuestra especie, pues habría una base biológica de las creencias en lo sobrenatural. Por ello, se atrevió a afirmar que Dios reciba mil nombres en las diversas épocas y culturas, pero que todos hacían referencia a lo mismo, porque siempre nos hemos preguntado de dónde venimos y hacia dónde vamos. El problema con esto es que, realmente, el Dios de las religiones monoteístas que predominan hoy en el planeta consiste en una concepción muy antropomórfica de la divinidad. Es un Dios hecho a nuestra imagen y semejanza, a la medida de nuestra conveniencia, específicamente un macho Alfa dominante, que es celoso, rencoroso, castiga a los que no le obedecen y prohíbe a las mujeres hablar con autoridad, obligándolas también a estar sometidas a los maridos. Es un Dios genocida, misógino, machista y autoritario. Una divinidad que deja reglas por escrito, que sólo los hombres pueden interpretar y a partir de las cuales se justifican horrendas tradiciones patriarcales como la mutilación genital de las niñas, o la prohibición del aborto, es decir, cuando se le limita a la mujer el derecho de decidir sobre su propio cuerpo y se le penaliza equiparando la interrupción del embarazo con un crimen como el homicidio doloso.

Boff terminó su extenso discurso diciendo que la Biblia no es fuente de doctrina, sino de inspiración para una ética que nos permita construir una nueva relación con la tierra, que es “nuestra casa común”. Hizo referencia al libro de la Sabiduría (11, 24-26) donde se dice que Dios es amante de todo lo que existe, un amante de la vida. También dijo que el Génesis (esto es, El Paraíso) no es el principio, sino el final al que nos dirigimos si logramos superar la actual crisis del cambio climático y transitamos hacia una nueva cultura centrada en el respeto a todas las formas de vida. Todo suena muy bonito y romántico, pero olvidó mencionar que es precisamente en Génesis 1, 28 donde se dice a los primeros humanos que se multipliquen, llenen la tierra y la sometan, asumiendo la autoridad sobre el resto de las especies. He allí, uno de los pecados realmente originales de la cultura judeo-cristiana en la que estamos inmersos, por el cual concebimos la tierra como un objeto a ser explotado, y no cuidado como la madre que nos acoge y alimenta.

Leonardo Boff seguirá siendo un referente importante para los católicos progresistas. Él mismo explicó que después de sus agrias peleas teológicas con Juan Pablo II y, en especial, con el entonces Cardenal Ratzinger (Benedicto XVI), ahora se encuentra en muy buenos términos con el Papa Francisco, quien incluso le consultó para su reciente encíclica (2015) sobre el planeta Tierra, Laudato Si’, que precisamente adoptó su sugerencia “sobre el cuidado de la casa común”. Dice Boff que es la primera encíclica papal que no fue escrita exclusivamente para los cristianos católicos, sino para toda la humanidad.  En la misma se afirma que “un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios”, lo cual denota un importante cambio de mentalidad dentro de la Iglesia Católica, que por siglos ha manejado una visión antropocéntrica del Universo. Esperamos que no se tarde tanto en reconocer que es un error seguir considerando la Educación Integral en Sexualidad como un tabú, algo de lo que no se puede hablar. Su obsesión por el control de la sexualidad de las personas, especialmente de las mujeres y los menores de edad, mientras es incapaz de detener y castigar el comportamiento de no pocos de sus curas, obispos y cardenales, es también un crimen que bien podría calificarse, incluso, de lesa humanidad.

Carlos Mendoza

Soy centroamericano, economista y politólogo, socio-fundador de Central American Business Intelligence (CABI). Nací y crecí dentro de una familia ladina y católica de clase media urbana, pero con profundas raíces históricas en la Verapaz y el Petén. He estudiado ingeniería (URL), teología (UCA e ITAM), economía (UFM), y política (Stanford y Notre Dame). Y ahora me he dado cuenta que me encantan las ciencias cognitivas y la psicología evolutiva. A los 22 años me desencanté de las religiones y poco a poco me he convertido en un escéptico. Me interesan los problemas socioeconómicos y culturales de Guatemala y América Latina, pero aspiro a ser cosmopolita. Mis principales trabajos en el pasado han sido en CIEN y PNUD.

12 Comments

  • Reply February 11, 2016

    Olga Villalta

    Yo no pude ir a escuchar a Boff, así que agradezco esta excelente síntesis. Gracias, la compartiré.

  • Reply February 12, 2016

    Aprender a coger |

    […] Columna de Carlos Mendoza […]

  • Reply February 12, 2016

    Elizabeth Bernard

    Yo soy una mujer cristiana protestante y me interesa este tema porque en mi niñez nunca vi pornografia y crecí bajo patrones de abuso y no sabia reconocer el abuso sexual, tampoco sabia que hacer en casos de abuso sexual crecí con miedos y rechazo a mi sexualidad porque me inculcaron ese miedo, cuando crecí viví aterrada por el sexo porque me decian que era pecaminoso. Me casé talves por precion de la sociedad más que todo. Me hubiera gustado crecer en una sociedad donde se eduque abiertamente acerca del sexo, Empezado desde el Kinder e ir progresando conforme se sube de grado, en estos tiempos de tecnología cuando el Facebook es tan accesible como tomar agua, a tan temprana edad los niños están siendo expuestos a pornografia, hay niños teniendo sexo, niñas embarazadas. El otro día alguien me mandó una fotografía de una chica que tenia un pantalón pegado, y preguntaba si me lo pondría y yo quise dar mi comentario y me tiró directamente a la pornografia y me costó desconectar me hasta que apagué el celular y entonces lo reporte al fb. Es bien importante la educación sexual en estos tiempos tanto en la escuela como en el hogar. Desastres más grandes nos esperan, si nos hacemos los ciegos y no se educa sexualmente a los niños de hoy.

  • Reply February 12, 2016

    Edgar Rodríguez

    Me parece que sus opiniones sobre Leonardo Boff y su teología son muy apresuradas y superficiales, hay mucho sesgo en lo que usted dice. es curioso que usted afirma que Boff olvidó mencionar que en génesis 1,28 es donde se habla de dominar la tierra y someterla, le cuento que de quien escuché y he leído muchas veces una critica hacia ese texto, es a Leonardo Boff. Sobre el tema de Dios, Leonardo Boff siempre ha hecho critica de las religiones monoteistas y su dios machista, también Boff ha dicho siempre que creer en Dios es experimentar a Dios en la totalidad del ser, esto incluiría experimentarlo en todo lo creado. solo le hago una sugerencia, si va a hacer una crítica de temas teológicos lea, y lea bastante, no hable con el hígado en la mano, leí que usted estudió teología en la UCA pero no se le nota, al parecer usted pasa por alto mucho de la teología progresista contemporánea, quizá porque no está informado del asunto. por lo demás, su articulo me parece Genial, la educación sexual es muy, pero muy importante, que digo importante, es urgente en Guatemala.

  • Reply February 14, 2016

    Antonieta

    Gracias carlos por este aporte igual tengo estudios en teologia y recuerdo que en una de mis clases me toco lee un libro de el si no recuerdo mal se llama el aguila gallina comparto esto porque apartir de alli me interesaron sus aportes u criticas asi que muchas gracias

  • Reply February 18, 2016

    Alejandro Berganza

    Son demasiadas las argumentaciones falaces y el desconocimiento de lo que realmente pasa en la comunidad de creyentes. Es tanto pero tanto el alejamiento entre la realidad a la que se refiere este artículo y aquéllo que ésta es que quita toda plataforma posible de diálogo. Quería decir algo, pero no sé ni por dónde empezar y, vista la enorme distancia, quién sabe si sería útil para algo y no una pérdida de tiempo para ambos. Son muchos y profundos los malentendidos y desconocimientos, y da la impresión que el autor los valora por convenir a su narrativa. Soy cristiano católico común y corriente. Un día me pregunté si no mentía al decir que era católico cuando me preguntaban, ya que así me habían criado, y decidí investigar para serlo o no serlo, y responder correspondientemente. Me puse a leer muchos libros y opté por decir que sí, y serlo. No tiene que creerme lo que le digo, pero si de algo le sirve, para mí es evidente que a usted le pasa lo que a miles: jamás llegaron a conocer ni por encima el cristianismo, y se alejaron de lo que entendían que era, no de lo que realmente es. Las cosas no son como usted las entiende en este artículo, y no lo son en tal medida, que el diálogo se ve como imposible. Si al menos no pretendiera que sabe y hablara sólo conforme a lo que su honestidad intelectual le diga que realmente sabe, podría dialogar. Hoy por hoy, sólo puede militar por su visión que, le aseguro, no se basa en un entendimiento real de las cosas sobre las que habla. No estará de acuerdo conmigo y le acepto que piense lo mismo de mí, pero de algo le pueden servir los minutos que dediqué a leer su articulo y a escribir este comentario. Lo mejor para usted.

  • Reply March 6, 2016

    Pedro

    Boa noite

    Adorei site.

    Abraços!

  • Reply March 10, 2016

    psicologa asturias

    He leido vuestro post con mucha atecion y me ha parecido didactico ademas de claro en su contenido. No dejeis de cuidar este blog es buena.
    Saludos

    psicologa asturias http://www.carmenfernandezpsicologa.es/psicologas-asturias-oviedo.php

  • Reply March 15, 2016

    Cristina

    Oi,

    que post lindo de morrer!

    Eu sei o quanto é complicado é ter um blog!

    Tenho feito posts sobre o Cursinho Descomplica no MaisEducativo

    Beijos!

  • Reply March 15, 2016

    Cristina

    Oi,

    que artigo ma-ra-vi-lho-so!

    Eu sei o quão difícil é ter um blog!

    Tenho escrito sobre Descomplica no site http://maiseducativo.com.br/descomplica-e-bom/

    Beijos!

  • Reply March 15, 2016

    Descomplica

    Olá, tudo bem?

    Adorei blog.

    Cumprimentos!

    Amanda Scite do descomplica

  • Reply November 4, 2016

    Jose de Maistre

    Esto solo arruinara la sociedad, ya basta de tanto secularismo y laicismo me enferma al igual que la democracia, prefiero un gobierno como el del generalisimo Francisco Franco de españa.

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