Ramón Urzúa-Navas

Soberanía orgánica con alguna conciencia de sí misma. Habita Sobrevive de momento en Nueva York Chicago, Subsiste indefinidamente en Guatemala (y desempleado). en una de cuyas universidades persigue la obtención de un doctorado donde se plantea seriamente el abandono de la academia. Tiene claro que lo emborrachan la poética, la retórica, la gramática, la filología, la estética, la metafísica, la historiografía, las ciencias, las culturas, los vinos, usted y otros asuntos misteriosos. Ha sido corrector intransigente, catedrático inexperto, traductor plurilingüe, barman ocasional y a veces bohemio, para menor gloria de dios. Aspira a articular alguna coherencia posmoderna mientras cree en un planeta menos bestial. Todo lo demás carece de importancia.

Eso que se llama privilegio

Pero viene el privilegio y te notifica, mujer, que tu versión de feminismo no es la buena. Viene el privilegio que te explica qué has de entender por racismo, vos, indígena o negro. Viene el privilegio que te instruye en homofobia: tu denuncia, marica, no se corresponde con mi concepto de discriminación; al contrario, me perseguís.

La Segunda República

El magma Visiones: a elevación de astronauta, un balón azul con borrones albinos. A distancia de zepelín, apenas un punto. A vuelo de pájaro,…