
De teología y otras piruetas mentales
“Un filósofo,” dijo el teólogo, “es como un ciego en una habitación oscura, que busca a un gato que no existe.” “Sí,” contestó el…
“Un filósofo,” dijo el teólogo, “es como un ciego en una habitación oscura, que busca a un gato que no existe.” “Sí,” contestó el…