
De «Francisco no juzga» y otros timos celestiales (y II)
Es que el forro es tentador: regurgita la misma histeria doctrinal de otras épocas, pero de una manera más floral. Descafeinada.
Es que el forro es tentador: regurgita la misma histeria doctrinal de otras épocas, pero de una manera más floral. Descafeinada.